He llegado tantas veces a pensarte, que he sido capaz de crear un archivo total. Conozco todos tus secretos, conozco de que pie cojeas, tus miradas, tus palabras, tus gestos, tu olor y hasta aquel mínimo detalle que no cualquier persona estaría dispuesta a averiguar.
He llegado tantas veces a imaginarnos que he creado una absurda historia, una zancadilla al corazón que no cicatriza y no deja de sangrar, de recordar, de DOLER.
Y no pasa, sigue todo igual de atragantado que al principio. Y duele, vaya que si duele...
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