¡Te quiero, pequeño!

A lo largo de tu vida conoces infinitos tipos de personas, personas buenas y otras malas, personas que pasan y otras que perduran, personas que no serás capaz de olvidar en el resto de tu vida y personas diferentes. Esas quizá sean las personas que más debamos valorar, pues no son una copia del resto y además, adquieren buena parte de los calificativos anteriormente nombrados. Estas personas pueden ser buenas, pueden perdurar y hacerse querer hasta impedir el olvido y, sobre todo, pueden enseñarte muchas cosas nuevas, cosas que quizá antes fueras incapaz de valorar...

Después de tan poco tiempo me has demostrado que tú eres una de esas personas diferentes... Una de esas personas que hay que valorar, y sobre todo, de las que hay que aprender.

Eres grande, no creas a nadie que sea capaz de negarlo, o es un cobarde o está mintiendo. Aprende de la vida, deja que te guíe y busca el camino correcto. Sólo tú serás capaz de encontrarlo.

Y, sobre todo, ahora con todo mi egoísmo: no salgas de mi camino, porque tu paso marca un ritmo perfecto para el disfrute...

¡Te quiero, pequeño!