Entre lo efímero y lo que perdura.

El tiempo pasa deprisa. Los instantes son efímeros y los recuerdos se evaporan entre suspiro y suspiro. El tiempo funciona sin pilas, y las agujas del reloj sufren ese temeroso estrés que nos infunde la absurda rutina.
Y ahora me pongo a pensar en todos los caminos que he sorteado y en los que me han sido imposibles, pero también en los que he logrado acabar y llegar hasta el final. El problema es que lo negativo deja en un segundo plano lo positivo. Los logros no son suficientes como para ocultar las derrotas.
Y sí, mi mayor derrota eres tú. Otro año más, eres ese aroma que me atrapa y no me deja ir. Eres esas ganas de dormir en dos metros cuadrados y ese deseo de colgarme de tu cuello.
El tiempo vuela, pero el olvido parece no acercarse nunca.

I love you... to the moon and back.

Si alguna vez escuchas "NO" salir de mi boca, seguramente será porque mi cabeza habrá empezado a tomar la iniciativa. Hasta entonces sólo puedo afirmar, hacer parones para olvidar o evitarte y volver al principio para volver a afirmar. ¡Es como un círculo vicioso! Bueno en realidad el vicio eres tú. 
Y es que si no, ¿cómo se podría explicar todo esto? De verdad que no encuentro una respuesta coherente.

Me encantaría poder pedir café para dos, me encantaría subir la persiana de mi habitación y que protestaras por que es demasiado pronto. DIN DON, ¿Por qué no abrir la puerta y que aparezcas con un helado de chocolate y dos cucharas?...
...To the moon and back.

Sin evitar dolor.

Pues si que es verdad que he dejado esto un poco de lado, en realidad, no sabía que estuviera tan abandonado... ¿El motivo? No lo sé.
Puede ser que no tenga tiempo, que le de prioridad a otros proyectos o simplemente que no tenga nada que contar. Eso me asusta. No tener nada que contar es desagradable, a si que espero que el abandono se deba a una de las otras posibles razones.
Es posible que haya empezado a vivir más intensamente y no tenga tiempo de aparecer y teclear. Aunque tristemente creo que el problema está en que no tengo ninguna ilusión nueva y especial. Mis intereses se han quedado estancados, son los de siempre y no me apetece volver a contarlos.
Quizá algún día esto cambie y me toque volver, pero ojalá que no aparezca nunca más esa necesidad de "escribir para que duela menos"...

Cosas a las que no me acostumbro.

No me acostumbro a dejar de mirarte a todas horas, ni tampoco a no poder verte todo el tiempo que quisiera.
No me acostumbro a que me falte tu calor, a que ya no me quites el frío y sobretodo, no me acostumbro a esta falta que me hace tu olor.
No me acostumbro a mirarme en el espejo y pensar que no estás detrás, esperando a comerme la boca y darme un abrazo de los que apetecen a cualquier hora.
No me acostumbro a dejar de pedir café para dos, ni a dejar de pensar contigo en qué haremos mañana.
No me acostumbro a dejar de imaginarte debajo de mis sábanas, entre mis brazos. No me acostumbro a dejar de imaginarte conmigo, juntos, muy juntos.
No me acostumbro a extrañar esos besos que me dabas antes de decir adiós, ni me acostumbro a extrañar tus manos, y mucho menos me olvido de tu nariz jugando en mi cuello.

Duerme conmigo, yo te canto, te arrullo, te arropo, te abrigo, te mimo.

Ojalá me hubiera dado cuenta antes.

Todo mi universo está debajo de tu ombligo.

Hay días que me doy cuenta de las cosas, hoy quizá sea uno de ellos... Me doy cuenta de las cosas realmente importantes, de las cosas por las que debo comerme la cabeza y de las cosas que pueden llegar a algo. También me doy cuenta de "quiénes"; resto, divido y elimino. Hoy importo yo.

¡VALOR... VOLAR!

HAY QUE VOLAR LIBRE, AL SOL Y AL VIENTO REPARTIENDO EL AMOR QUE TENGAS DENTRO.

¡Te quiero, pequeño!

A lo largo de tu vida conoces infinitos tipos de personas, personas buenas y otras malas, personas que pasan y otras que perduran, personas que no serás capaz de olvidar en el resto de tu vida y personas diferentes. Esas quizá sean las personas que más debamos valorar, pues no son una copia del resto y además, adquieren buena parte de los calificativos anteriormente nombrados. Estas personas pueden ser buenas, pueden perdurar y hacerse querer hasta impedir el olvido y, sobre todo, pueden enseñarte muchas cosas nuevas, cosas que quizá antes fueras incapaz de valorar...

Después de tan poco tiempo me has demostrado que tú eres una de esas personas diferentes... Una de esas personas que hay que valorar, y sobre todo, de las que hay que aprender.

Eres grande, no creas a nadie que sea capaz de negarlo, o es un cobarde o está mintiendo. Aprende de la vida, deja que te guíe y busca el camino correcto. Sólo tú serás capaz de encontrarlo.

Y, sobre todo, ahora con todo mi egoísmo: no salgas de mi camino, porque tu paso marca un ritmo perfecto para el disfrute...

¡Te quiero, pequeño!

Historia sin amor, sólo espinas.

He llegado tantas veces a desaparecer por culpa del querer que ya no me acuerdo ni de un número exacto. Bueno en realidad si que me acuerdo de uno, uno que no significa nada. Entonces borro, recapitulo y llego al uno. Al 1 de soledad, al UNO de mí misma.
He llegado tantas veces a pensarte, que he sido capaz de crear un archivo total. Conozco todos tus secretos, conozco de que pie cojeas, tus miradas, tus palabras, tus gestos, tu olor y hasta aquel mínimo detalle que no cualquier persona estaría dispuesta a averiguar.
He llegado tantas veces a imaginarnos que he creado una absurda historia, una zancadilla al corazón que no cicatriza y no deja de sangrar, de recordar, de DOLER.
Y no pasa, sigue todo igual de atragantado que al principio. Y duele, vaya que si duele...

Mal-versar.

Nadie sabe como le queman en la boca tantos besos que no ha dado. Pero tampoco sabe la calidad del amor que desprende, ni la necesidad que respira y contamina. Nadie sabe lo duro que es el dolor que sufre cada noche, ni tampoco la medida de sus lágrimas. No saben el deseo que le provoca, ni el malestar, ni el nerviosismo. Nadie puede imaginar la pureza del archivo del olor. Tampoco se sabe lo irreal que se imagina todo. No saben de amor, no saben de dolor, no saben de evasión.

Nadie se imagina los intentos de olvido.

Brindo por esas tardes donde todo era alegría.

Te echo de menos, echo de menos los largos tragos sin importarnos el después, echo de menos el que nos apuremos los cuerpos. Echo de menos que me mires y me sonrías. Te echo de menos.











Esa mezcla de sonrisas y rock and roll.

SE TRATA DE ALEJARNOS REDUCIENDO LOS DAÑOS.