Un trago de orgullo, otro de ilusión y un un par de ellos de esperanza; así, en sus justas cantidades para afrontar las verdades y no desvariar. Para controlarnos y tragar, sorbo a sorbo, todo lo que nos da tanto morbo decir. Callarse una vez tras otra, para no arrepentirse y decir adiós de nuevo.
Caladas alternas, amor, desamor, te quise, te odio... Y todo esto para intentarlo por otros medios, para intentar ser inteligente por una vez en la vida y que todo salga como pida. Callar, tragar y olvidar.
Paso, es mejor dejarse llevar, disfrutar, soñar y bailar.

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