"La vida no se mide por los momentos que respiras, sino por las veces que te dejan sin aliento".

domingo, 11 de septiembre de 2011

Me bebí la razón, me fumé el corazón.

Un trago de orgullo, otro de ilusión y un un par de ellos de esperanza; así, en sus justas cantidades para afrontar las verdades y no desvariar. Para controlarnos y tragar, sorbo a sorbo, todo lo que nos da tanto morbo decir. Callarse una vez tras otra, para no arrepentirse y decir adiós de nuevo.
Caladas alternas, amor, desamor, te quise, te odio... Y todo esto para intentarlo por otros medios, para intentar ser inteligente por una vez en la vida y que todo salga como pida. Callar, tragar y olvidar.
Paso, es mejor dejarse llevar, disfrutar, soñar y bailar.
Pensar es el mayor error que un bailarín puede cometer, no hay que pensar, hay que SENTIR.

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