Analizar cada una de sus palabras y respasar una y otra vez, como si de un análisis morfológico se tratara. Por si acaso, por si no hubiera un mañana o un luego. Yo me acuerdo de cada instante, de cada palabra y cada detalle, en cambio, ¿tu recuerdas mi nombre? Me tatúo en cada mano un recuerdo, le escribo a él, le pienso y no le borro de mi cabeza. No sale de mi cabeza, y esto empieza a ser un problema. Hacer un crucigrama con su nombre, dibujar números, signos, siglas, recuerdos...
Te quiero, te recuerdo Y NO TE OLVIDO.
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