-Adelante, suéltalo.
-Dime, ¿que aparento?
-Si te dijera que aparentas normalidad, mentiría.
-Pues adelante, descríbeme, ponme peros, saca defectos, establece conclusiones; no te cortes.
-Podría empezar por describirte a rasgo generales, eres una persona diferente. Confías en ti y en tu sombra. ¿Rumores, defectos y timidez? Me atrevería a decir que ninguna de esas palabras existe para ti. Eres perfectamente imperfecta, te comes el mundo y a los que intenten sobreponerse junto a este, y eso me gusta.
-No estoy segura de la precisión de tus palabras. Ni siquiera se si soy capaz de percibir el mismo significado, pero me gusta. Me gusta que hayas empezado por ahí, por la diferencia.
-¿Sabes lo que de verdad creo? Que te bastas por ti misma, que te la suda lo que puedan ladrar y que lo de "los pequeños detalles marcan la diferencia" es solo un mito. Uno mismo marca su propia diferencia. Y ¿sabes una cosa? Tu la tienes bien marcada. Y eso te gusta, eso nos gusta. Como sigas así, no se de la forma que acabarás: arrepentida, desilusionada, desanimada, dando tumbos o dándote cabezazos contra la pared... Solo se que acabarás lejos.
¡PRINCESA, tu pones el límite!
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