Con todas estas, y mil caras más os puedo contar mi parecer sobre la vida. Sobre lo dura, lo fantástica, lo puta, lo amigable, lo divertida, lo cruel, lo increíble y hasta lo diferente que puede llegar a ser. Podría comentaros las causas de este patético discurso, pero creo que eso sería lo de menos. Quisiera animaros a luchar, a seguir, a disfrutar y sobre todo, a vivir. Pero, ¿quién soy yo para decirlo, la primera que cae al suelo?
Sí, soy esa que puede estar en su mundo de princesitas de cuento o puede darse cuenta de la realidad. Soy esa "chica de cristal" a la que todo le duele y todo le molesta, pero también soy consciente de que soy fuerte, de que puedo con todo. Sé que de lo peor la historia puede acabar en un "pude y sigo pudiendo".
Pues eso, os quería comentar mi falta de decisión y ánimo en algunos momentos o con algunas personas realmente importantes, de los que merecen la pena. Por eso me reitero en lo de que no soy quien para dar consejos.
A si que lo siento, con el tiempo aprendes a valorarte, a quererte y a seguir adelante. Puede que no se trate de un final, sino de una pequeña pausa. Y lo temo, créeme que el posible resultado de esta absurda votación hace que me tiemblen las piernas. Pero ellas persisten, son capaces de cruzar el fango o la verde pradera, así que sea lo que sea, habrá que afrontarlo. Mientras tanto, el tic tac del reloj de muñeca seguirá marcando el ritmo, un ritmo que marcará tempestades, tardes soleadas y noches en las que el susurro del viento será el único consuelo. Es cuestión de una decisión, y esta vez, no seré yo quien la tome...
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