"La vida no se mide por los momentos que respiras, sino por las veces que te dejan sin aliento".

lunes, 19 de marzo de 2012

Venganza de la mala suerte.


Intento concentrarme para estudiar y me resulta imposible... Su luz me ciega y me lo impide. Me recuerdo sentada en sus rodillas, mirando por la ventana como la gente de la calle de enfrente no dejaba de reír. De repente, empezó a soplar el viento, todo cambiaba. Sus manos se movían a ritmo de vals, me encantaban aquellos momentos y hubiera deseado vivirlos para siempre. Me llegaba su olor, lo respiraba una y otra vez de su perfecto cuello. No podía vivir sin ese olor, es más, le hubiera reconocido con vendas en los ojos y sin el tacto en mis manos. Era esa su esquina del sofá, solo me dejaba invadirla un escalón por encima de él. Me arropaba, le abrazaba y... buenas noches y hasta siempre.

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