"La vida no se mide por los momentos que respiras, sino por las veces que te dejan sin aliento".

domingo, 9 de octubre de 2011

Son la luz al final del túnel.

¿Sabéis? hoy me ha dado por llorar. Si si, por llorar de alegría, de felicidad. Por sentirme la persona más afortunada del mundo, las tengo a ellas. Me da por pensar y es que si pidiera más sería una egoísta, son todo lo que necesito, las quiero más que a nada. Son capaces de  todo, son fuertes, valientes y transparentes. Son como de mi familia, hay confianza, hay recuerdos y habrá muchísimos más. No me voy a separar de ellas, sería la mayor estupidez y si las dejara escapar me sentiría la persona más inútil del mundo.
Dicen que los buenos amigos se cuentan con los dedos de una mano, pues no sé, ¡a mi me faltan dedos! Y esto me encanta, las quiero, pero de tal forma que duele. No me faltéis nunca.
Este es uno de los días en los que te das cuenta que cuando las necesites van a estar ahí, que no te va a faltar una mano a la que agarrarte, ni un hombro en el que llorar, que no reirás sola. También te das cuenta de que son tu vida.

Debemos ser muy torpes, hemos tenido la suerte de chocarnos en el camino.

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