Nadie, para mí, sinónimo absoluto de soledad. De falta de cariño y autoestima, de ganas de seguir pero no poder, de una necesidad absorbente de tener a ese "alguien" a tu lado.
Y es que cuando sin la necesidad de aparecer, piensas en ese alguien; el movimiento de traslación de tu tierra cambia de órbita, se abstiene de todo lo que venga detrás y se ilusiona, a veces, con falta de futuro y perspectiva.
Nadie ríe, nadie llora, nadie corre, nadie juega, nadie salta, nadie piensa, nadie imagina, nadie se deja llevar. Nadie busca, nadie siente, nadie quiere, nadie ama, nadie espera, nadie necesita; pero nadie no es correspondido.
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